http://opendata.unex.es/recurso/ciencia-tecnologia/investigacion/tesis/Tesis/2016-87

Hace 55 millones de años que aparecieron los antecesores de los caballos sobre la faz de la Tierra. Los antecesores del Homo sapiens sapiens aparecieron 50 millones de años después. Desde que ambas especies se encontraron, la relación entre ambas ha sido estrecha. Primero fue una relación de cazador-presa, siendo el caballo y sus ascendientes una de las muchas especies que contribuyeron a satisfacer las necesidades proteicas de los hombres y sus antecesores. Llegados al Neolítico y descubiertas la agricultura y la ganadería, el caballo, por sus características adecuadas para la domesticación, fue una de las especies elegidas por el hombre para ser domesticada. Desde entonces pasó a formar parte de las selectas especies que el hombre domesticó para procurarse sus recursos. Este hecho sucedió hace, aproximadamente, 4.000 años; hubieron de pasar otros 2. 000 años antes de que el hombre descubriera que servía para algo más que para procurarle proteínas. Seguro que por casualidad se descubrió la equitación. Con el descubrimiento de la agricultura y la ganadería se produjeron excedentes que había que guardar, para ser redistribuidos cuando fuera necesario, y para resguardarlos de las rapiñas de los grupos vecinos. Con la agricultura, los grupos que la practicaban hubieron de hacerse sedentarios. Se eligieron hombres adecuados para la tarea, lo que dio lugar a la aparición de la jerarquización de la sociedad y, con el sedentarismo, al nacimiento de las aldeas, primero, y después de las ciudades y de los estados. El nacimiento de los estados dio lugar al de la guerra, por los intereses encontrados entre los mismos. Todo este proceso parece que tuvo lugar en el Creciente Fértil, una zona del Próximo Oriente. Nacida la guerra el caballo, primero enganchado y después montado, fue utilizado como máquina de guerra. Parece que los primeros pueblos que lo utilizaron, en las confrontaciones, fueron los que se asentaron en aquellas tierras orientales, como los sumerios, akadios, asirios, babilonios, etc. Desde aquellas civilizaciones el uso del caballo se extendió en todas direcciones; primero por todo el Oriente Próximo, por el Lejano Oriente, y después hacia Europa, llegando a Grecia hacia el 1.800 a. C., y después a los demás países del ámbito mediterráneo, como Italia o España. Todos estos países lo incorporaron inmediatamente a sus culturas y en ámbitos tan distintos como el ejército, la caza, los espectáculos, los viajes. Si en un principio Roma era reacia al uso de la caballo en el campo de batalla, los cartagineses convencieron a sus generales de la necesidad del arma de caballería en sus ejércitos; lección que aprendieron en las guerras púnicas que hubieron de librar contra los africanos, por el control de Sicilia y de Hispania. El uso del caballo se extendió a todas las esferas de la civilización romana alcanzando su cénit en los juegos del circo. Los romanos convirtieron las carreras de caballos en espectáculos para entretener a la plebe y los celebraron en recintos que crearon para ello. Terminaron por causar furor entre todas las clases sociales, desde los plebeyos a los emperadores, muchos de los cuales fueron hinchas fervientes de su facción. No estuvo el caballo ausente de ser representado en las obras de arte, desde el Paleolítico a las bellísimas representaciones artísticas de griegos y romanos; como tampoco de la literatura de ambas culturas. Fue, además, símbolo de belleza, de rapidez, de potencia sexual, etc.Desde que el hombre encontró al caballo su relación ha sido continua e ininterrumpida.

Literals

  • ou:tribunal
    • Botella López, Miguel Cecilio (Presidente)
    • Caro Dobón, Luis (Vocal)
    • Nogales Basarrate, Trinidad (Vocal)
    • Peña Vega, Fernando Juan (Secretario)
    • Álvarez Martínez, José María (Vocal)
  • dcterms:title
    • El Hombre Y El Caballo: Una Revisión Etnohistórica. Desde El Eoceno Y Hasta La Caída Del Imperio Romano De Occidente.
  • dcterms:description
    • Hace 55 millones de años que aparecieron los antecesores de los caballos sobre la faz de la Tierra. Los antecesores del Homo sapiens sapiens aparecieron 50 millones de años después. Desde que ambas especies se encontraron, la relación entre ambas ha sido estrecha. Primero fue una relación de cazador-presa, siendo el caballo y sus ascendientes una de las muchas especies que contribuyeron a satisfacer las necesidades proteicas de los hombres y sus antecesores. Llegados al Neolítico y descubiertas la agricultura y la ganadería, el caballo, por sus características adecuadas para la domesticación, fue una de las especies elegidas por el hombre para ser domesticada. Desde entonces pasó a formar parte de las selectas especies que el hombre domesticó para procurarse sus recursos. Este hecho sucedió hace, aproximadamente, 4.000 años; hubieron de pasar otros 2. 000 años antes de que el hombre descubriera que servía para algo más que para procurarle proteínas. Seguro que por casualidad se descubrió la equitación. Con el descubrimiento de la agricultura y la ganadería se produjeron excedentes que había que guardar, para ser redistribuidos cuando fuera necesario, y para resguardarlos de las rapiñas de los grupos vecinos. Con la agricultura, los grupos que la practicaban hubieron de hacerse sedentarios. Se eligieron hombres adecuados para la tarea, lo que dio lugar a la aparición de la jerarquización de la sociedad y, con el sedentarismo, al nacimiento de las aldeas, primero, y después de las ciudades y de los estados. El nacimiento de los estados dio lugar al de la guerra, por los intereses encontrados entre los mismos. Todo este proceso parece que tuvo lugar en el Creciente Fértil, una zona del Próximo Oriente. Nacida la guerra el caballo, primero enganchado y después montado, fue utilizado como máquina de guerra. Parece que los primeros pueblos que lo utilizaron, en las confrontaciones, fueron los que se asentaron en aquellas tierras orientales, como los sumerios, akadios, asirios, babilonios, etc. Desde aquellas civilizaciones el uso del caballo se extendió en todas direcciones; primero por todo el Oriente Próximo, por el Lejano Oriente, y después hacia Europa, llegando a Grecia hacia el 1.800 a. C., y después a los demás países del ámbito mediterráneo, como Italia o España. Todos estos países lo incorporaron inmediatamente a sus culturas y en ámbitos tan distintos como el ejército, la caza, los espectáculos, los viajes. Si en un principio Roma era reacia al uso de la caballo en el campo de batalla, los cartagineses convencieron a sus generales de la necesidad del arma de caballería en sus ejércitos; lección que aprendieron en las guerras púnicas que hubieron de librar contra los africanos, por el control de Sicilia y de Hispania. El uso del caballo se extendió a todas las esferas de la civilización romana alcanzando su cénit en los juegos del circo. Los romanos convirtieron las carreras de caballos en espectáculos para entretener a la plebe y los celebraron en recintos que crearon para ello. Terminaron por causar furor entre todas las clases sociales, desde los plebeyos a los emperadores, muchos de los cuales fueron hinchas fervientes de su facción. No estuvo el caballo ausente de ser representado en las obras de arte, desde el Paleolítico a las bellísimas representaciones artísticas de griegos y romanos; como tampoco de la literatura de ambas culturas. Fue, además, símbolo de belleza, de rapidez, de potencia sexual, etc.Desde que el hombre encontró al caballo su relación ha sido continua e ininterrumpida.
  • dcterms:creator
    • Suárez Alarcón, Nicolás
  • dcterms:subject
    • Antropologia Cultural
  • ou:programaDoctorado
    • Evolución Humana. Bases De La Antropología Física.
  • dcterms:director
    • Bañas Llanos, Belén (Director)
  • dcterms:identifier
    • 2016-87
  • vcard:url

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