Los procesos de ramificación se caracterizaron en un principio por describir un esquema de reproducción asexual, donde cada individuo, al final de su tiempo de vida e independientemente de los demás, origina cierto número de descendientes. En 1968, D. J. Daley introduce el denominado Proceso de Ramificación Bisexual, en el que se consideran poblaciones donde coexisten hembras y machos que deben aparearse para dar lugar a nuevos descendientes de ambos sexos. El número de parejas que se forman viene dado por una función que depende exclusivamente del número de hembras y machos en cada generación. Dichas parejas, de acuerdo con cierta ley de probabilidad, originan los individuos que constituirán la siguiente generación del proceso. En relación con este modelo se estudian cuestiones relativas al problema de su extinción, al estudio de su comportamiento límite y a su teoría inferencial. Unos de nuestros objetivos es la introducción de nuevos modelos de ramificación bisexuales y el desarrollo de su teoría y aplicaciones (dinámica de poblaciones, epidemiología, genética, medioambiente, etc)