Según la FAO, los fertilizantes son una de las más importantes herramientas para el desarrollo de la agricultura, que tiende a fomentar la seguridad alimentaria y a mantener la productividad del suelo. El Nitrógeno es el principal elemento del abonado, y el más delicado por sus efectos sobre la vegetación y sobre el suelo.La aplicación con el máximo rigor técnico del abonado nitrogenado necesita del conocimiento, entre otros factores, de la extracción realizada por el cultivo y del N residual que se deposita en el suelo.El triticale (x Triticosecale, Wittmack) es el primer cereal obtenido por el hombre y debido a su limitada antigüedad, se desconocen aún ciertos aspectos, características y respuesta a la fertilización, por lo que se planteó la experiencia de campo para comprobar esta respuesta, aplicando dosis de 0, 50, 100, 150 y 200 kgN/ha, analizando la extracción de N por la planta, el nitrógeno residual en el suelo, el rendimiento y la calidad obtenidos.Se obtuvieron resultados que ofrecieron diferencias significativas en cuanto a que las mayores aplicaciones de N influyeron en una reducción del rendimiento, un incremento de los niveles de N residual en suelo tras la cosecha, una mayor producción máxima de materia seca, una mayor extracción de K y Ca, y mayores cantidades de proteína bruta.Se observó una aumento de la absorción de N por la planta al pasar de la dosis testigo (0 kgN/ha) a la dosis 50 kgN/ha; a partir de esta dosis y hasta la de 200 kgN/ha se apreció una disminución paulatina de la cantidad de N, estableciéndose la dosis óptima de equilibrio ambiental entre 50 y 100 kgN/ha.