Un gran número de especies de aves limícolas (Charadrii) son migradoras de largas distancias. Para poder completar sus rutas migratorias, la mayoría dependen de unos pocos humedales costeros, principalmente áreas intermareales. En la actualidad, las limícolas presentan de forma generalizada tendencias poblacionales negativas y la importancia de muchos humedales para su conservación es aún desconocida. En este marco, el marisqueo representa una de las actividades tradicionales más antiguas en los humedales costeros, aspecto que provoca que las aves limícolas y los mariscadores confluyan en las áreas intermareales durante la bajamar. Además, de las potenciales perturbaciones derivadas de dicha presencia, la remoción del sustrato que realizan puede afectar a la alimentación de las aves. Por ello, en el presente trabajo se analizan experimentalmente algunos de los posibles efectos de dicha actividad, ejercida tanto de forma profesional como recreativa, sobre la alimentación de las limícolas, tomando como caso de estudio las Marismas de Santoña. Esta zona representa un Area de Importancia Internacional para la invernada de las aves acuáticas y, específicamente, para la Aguja colinergra Limosa islandica. En este humedal, la perturbación que generan en la actualidad los mariscalores son artes tradicionales, en las distintas épocas del año consideradas no tuvo efectos significativos sobre la distribución de las limícolas, con la excepción del Zarapito real Numenius arquata durante la migración postnucial. Asimismo, una presión marisquera menos de 0,6 personas ,10ha-1 afectó de forma negativa a la actividad de forrajeo de estas aves, aunque no tuvo efectos sobre su tasa de alimentación ni sobre otras variables comportamentales. Por otro lado, la remoción experimental del 20% del sustrato con artes tradicionales no afectó a su tasa de alimentación durante este periodo. La limitación de la pesca recreativa reduciría la actual presión