Entre las opciones energéticas existentes, la biomasa se va abriendo paso como una fuente de energía limpia y eficiente para uso térmico en calderas.En Extremadura existe gran cantidad de recursos biomásicos disponibles para su aprovechamiento como biocombustibles. Pero no todos son utilizados convenientemente. Un ejemplo de ello es el caso del rebollo, un árbol que únicamente se emplea como leña, y que se presenta en cantidades importantes en el norte de Cáceres. Los bosques excesivamente densos pueden suponer problemas en cuanto a incendios, por lo que la limpieza de los rebollares es fundamental para una buena protección de los mismos.Otro residuo que, por su cantidad y localización reducida, tiene importancia en la zona de Alcántara es el polvo de corcho. Subproducto de la industria taponera, es un excelente biocombustible gracias a su elevado poder calorífico y su reducido nivel de cenizas. Pero su escasa densidad aparente, lo hace un producto inviable para su comercialización a largas distancias.Además, la eliminación de ciertos residuos puede suponer un problema por la posible contaminación medioambiental. Tal es el caso de los subproductos del sector agroindustrial. En esta región, presentan especial relevancia por su cantidad y localización en lugares muy concretos, el orujo de aceituna y el orujo de uva.Los productos biomásicos densificados comienzan a ser una importante opción como biocombustibles sólidos para calderas de calefacción domésticas. En concreto, los pellets, por sus ventajosas características respecto a otros densificados, se están imponiendo en el mercado mundial de este sector.Este trabajo se centra en la caracterización y análisis exhaustivos de los cuatro residuos escogidos, incluyendo sus propiedades físicas, químicas y estructurales.Una vez analizadas sus propiedades, se fabrican pellets a partir de los mismos, así como de sus mezclas, para poder obtener la mejor opción de densificado.Para establecer las características térmicas de los pellets estudiados, el análisis termogravimétrico es la opción utilizada, junto con la espectrometría de masas, para conocer las emisiones de posibles elementos contaminantes.El estudio se completa con un amplio programa de ensayos de combustión en una estufa de pellets, instrumentalizada para obtener los datos de emisiones a la atmósfera durante el proceso.Los resultados obtenidos sugieren que la pelletización es un excelente recurso para la puesta en valor de residuos con un aprovechamiento ineficiente.No todos los residuos estudiados poseen adecuadas propiedades y pelletizan de forma óptima, como en el caso de los orujos. Mezclarlos con rebollo y polvo de corcho mejora las propiedades que presentan, aunque se debe tener en cuenta que existen limitaciones en los porcentajes de orujos en las mezclas, para conseguir un pellet apropiado desde el punto de vista de las propiedades físicas y comportamiento en combustión (eficiencia y emisiones).