La tesis que lleva por título: Influencia del estigma asociado a la enfermedad mental en los profesionales sanitarios de Extremadura, surge a tenor de la necesidad de prestar unos cuidados de calidad a un colectivo de población que sólo por el hecho de ser diagnosticados de una patología psiquiátrica, se les ha categorizado a lo largo de la historia, como usuarios especiales y han sido separados explícitamente del resto de pacientes, en un sistema nacional de salud que se presupone debe ser: universal, equitativo, igualitario y libre de discriminación. En esta segregación ejercida por la sociedad en general y el sistema sanitario en particular, en cuanto a la enfermedad mental; los profesionales de la salud, son un activo de vital importancia por ser la herramienta imprescindible para cambiar la actitud mostrada hacia la enfermedad mental por parte de la población en general; y por ser los responsables directos de la calidad asistencial proporcionada por parte del sistema sociosanitario. El objetivo principal es analizar la actitud de los profesionales sanitarios extremeños con respecto a la enfermedad mental, asi como precisar el impacto en el proceso de atenció sociosanitaria y analizar las perspectivas de futuro. El estudio empírico está dividido en cuatro grandes bloques. En el primero, con una técnica de corte cuantitativo y transversal se analiza la actitud hacia la enfermedad mental de los profesionales sanitarios extremeños de diferentes disciplinas: enfermería, medicina y otras categorías (principalmente técnicos en cuidados auxiliares de enfermería), y se establece la prevalencia del estigma con respecto a la enfermedad mental. Las variables son: autoritarismo, benevolencia, restricción social e ideología de la salud mental en la comunidad. En el segundo, se profundiza a través de la metodología cualitativa, en esas actitudes, conductas y comportamientos, en busca no solo de un por qué, sino con la voluntad de descubrir nuevas estrategias de cuidados para los enfermos mentales; con la finalidad de trabajar con procesos de mejora continua y el propósito de elaborar un proyecto que pueda influir en el incremento de la calidad de la atención sociosanitaria facilitada a los pacientes psiquiátricos desde los servicios de salud mental, y extenderse al resto de los servicios de salud de nuestra comunidad. En el tercero, se analizan las perspectivas de futuro en los cuidados psiquiátricos a través de un análisis de la actitud hacia la enfermedad mental en futuros profesionales. Y en el cuarto proponemos un programa de reducción del estigma, dirigido a las enfermeras/os que prestan sus servicios en los centros sociosanitarios de atención al trastorno mental grave en nuestra comunidad, como personal de referencia en los cuidados. Las conclusiones obtenidas son:Con respecto a la prevalencia del estigma de la enfermedad mental en los profesionales sanitarios extremeños podemos concluir que, el personal sanitario en general, así como el personal que trabaja en servicios de salud mental en particular, con independencia de su formación y lugar de trabajo, presentan actitudes con tintes estigmatizantes hacia la enfermedad mental. Los resultados arrojan puntuaciones por encima de valores deseables en autoritarismo y en restricción social, dificultando y/o limitando la autonomía de los enfermos mentales, y la inserción de los mismos en la comunidad.Existen diferencias significativas entre los profesionales que trabajan en servicios de salud mental y los profesionales de otros ámbitos, siendo más restrictivos y autoritarios los primeros, posiblemente como medida de protección hacia los enfermos al tener mayor contacto con la enfermedad mental grave, y estar aún “deshabituándose” de un sistema de atención a la enfermedad mental basado en un modelo residencial y protector.Por otra parte el estigma de la enfermedad mental que acompaña a los profesionales generalistas (aquellos de fuera del ámbito de la psiquiatría) puede actuar como barrera de acceso, no solo a los servicios de salud en general, sino a los servicios de salud mental en particular, suponiendo un riesgo para la salud pública de este colectivo de población, afectando no solo a su salud mental, sino también a su salud física. Los futuros profesionales están motivados, en concreto los estudiantes de enfermería, están familiarizados con la enfermedad mental antes de tener contacto profesional e incluso antes de iniciar sus prácticas, lo que conlleva a actitudes positivas con respecto a la enfermedad mental.El estudio nos ha permitido diseñar un Programa de Reducción del Estigma para Enfermeros que trabajan con trastorno mental grave, basados en la experiencia, oportunidades y fortalezas que este colectivo profesional ofrece como principal proveedor de cuidados.Las perspectivas de futuro son positivas debido al alto nivel de compromiso de los profesionales actuales, la transformación del sistema de atención sociosanitaria hacia un modelo plenamente comunitario desde el ámbito de la planificación sanitaria, la adecuada cualificación y formación de los futuros profesionales, y la posibilidad de integrar la lucha contra el estigma como un cuidado visible dentro de la atención a la enfermedad mental.En términos generales, la reducción de las actitudes estigmatizantes en los profesionales sanitarios, incrementará el papel activo del paciente en su proceso de salud, y favorecerá y promoverá su recuperación, incrementando la eficacia, eficiencia y calidad de nuestros servicios sanitarios.BIBLIOGRAFÍA. 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